A veces pienso que me aislé en el territorio de las
hadas aladas.
El mar de estos días me recuerda los hechizos,
los nenúfares que sostuvieron el cuerpo de la rana
que quería ser encantada.
Yo que estaba al borde de un precipicio
y quería un empujón,
no sabía que en vez de caer
iba a volar.
Si te la juegas puede venir la magia a abrazarte
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