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18 de julio de 2011

vivimos en mundos distintos

Deseé con todas mis fuerzas que lloviera. No había cosa que amara más que sentir la lluvia resbalar por la piel y sentir el pelo pegado a la cara y la ropa más pegajosa que nunca parecía abrazos de aquellos que nunca te llegan dentro. Y una gota que se cuelga de la nariz. Abrió todas las ventanas de su casa y subió las persianas para sentir que ahí fuera sí había vida. La lluvia nace en lo más alto y muere chocando contra el suelo; cuando se junta con más gotas como ella y acaba formando un charco. Eso es lo que nos pasa. Que cuando fallamos y caemos dejamos de ser nosotros mismos y formamos charcos de gente que hace lo mismo.

A veces pienso si puedo llegar a ser como la lluvia.

Cualquier día nacemos. A mí me da igual haber llegado a este lugar el 4 de abril de hace 16 años. Yo aún no he nacido, aún no me ha pasado nada que marque un antes y un después en mi vida. Fuera hay vida y movimiento, aquí dentro solo hay rutina y malestar. Fuera la gente hace lo que le da la gana, aquí dentro solo hay miedo.

Aunque toda la gente creía que era una persona libre que se iba a comer el mundo, nadie se paró a pensar que lo que ella podía sentir es que el mundo se la come a ella. No entiendo a la gente, y la gente no me entiende a mí. Qué es te quiero? Si para querer a alguien primero debes quererte a tí mismo. Igual que para odiar. Yo odio a la gente porqué también me odio a mí.

yo, yo, siempre yo

nunca se había sentido tan egoísta



-os echo demasiado de menos y casi no hacemos nada para solucionarlo




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