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1 de agosto de 2011

desarraigo

No sé. Todos se empeñan a hablar. Para qué? Si ya nadie escucha.

Tendría que haber más gente así. Gente que escuche y solo eso, que esté contigo, que su cabeza no esté pensando en ordenar la habitación.

Y al revés.

Nadie se esconde al fumar su primer cigarro. Para qué? Si ya nadie mira.

Nunca nadie está mirando. Tienen tantas (pocas) cosas en la mente..

Debería haber más gente dispuesta a ayudar, no debería ser tan difícil, tampoco puede costar tanto arreglar las cosas.. aunque haya partes a las que nadie pueda llegar; esos rincones que siguen fríos después de un abrazo, llenos de algo que siempre se va a recordar. Porqué está bien decir que con el tiempo los problemas se van haciendo pequeños, pero llegas a los treinta y a los cuarenta y.. seguro que sigues arrastrando el peso de una adolescencia pasada por agua, ese amor imposible, esas pequeñas (grandes) cosas, que se quedaron dentro del vaso que se rompió y volviste a pegar.



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