y ese abril se pasó como las tormentas de verano, entre palabras:
Mi realidad es que cuando más perdida he creído estar no has estado para darme la mano. Me están robando el mes de abril y cuelgo de una cuerda que se va deshilando con el paso de los días. Y caer al vacío mientras mi cabeza me dice que no lo haga y mi corazón que sí, que podré volar. La magia de los días se desvanece (si tu magia ya no me hace efecto, ¿cómo voy a continuar?)y siento como algo me araña las entrañas. Yo he sido más de gestos y tú de palabras, pero ahora solo puedo correr y saber que no quiero estar más aquí, entre estas calles tan oscuras, tan frías y tan estrechas. El frío se apodera de mi en esta primavera y estoy buscando fuera lo que no tengo dentro. Siento pánico, impotencia: pensaba que sería frío el amanecer, me equivocaba otra vez... nevaba. Y miedo, y que esto es solo una dulce introducción al caos. Y que bueno, luego vendrá el sueño, lo de fuera, lo de dentro, la realidad y otra realidad. Y es que desde que se rompió la cadena que ataba el reloj a las horas, también se paró el aguacero y al final seremos flotando dos gotas. Pero de andar tan desorientada voy cayendo en picado y siento como el viento me azota la cara y me vuela el pelo, y sin sentirme las piernas voy tan deprisa que nada puede pararme. "Te he superado esta vez". Y mientras la realidad no me abandona me subo hasta las nubes a contemplar la ciudad para besar un poquito la libertad. Es que así la vida no tiene sentido.
La cárcel somos nosotros mismos y yo soy esclava de mi mente.
Estas son las memorias de mi maldito abril, que vino a recordarme que no era feliz.
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